
Alhamdulillah: La Primera y Última Súplica
- AEM
- 20 de marzo de 2025
- 07 Mins lectura
- Reflexiones
¿Te has parado a pensar alguna vez en lo que realmente decimos cuando decimos alhamdulillah? Es mucho más que un simple “gracias”. Esta frase, que abre el Corán en Sura Al-Fatiha, esconde un significado profundo que a menudo pasa desapercibido.
Hamd: Una combinación única de alabanza y agradecimiento
La palabra hamd es especial, tanto que no hay una palabra exacta en español para ella. No es solo “gracias” ni solo “alabanza”. Es un sentimiento de admiración y gratitud hacia Allah. Así que, cuando decimos alhamdulillah, estamos expresando mucho más de lo que las palabras pueden decir.
En árabe, hay palabras específicas para alabanza (الثَّنَاءُ o الْمَدْحُ) y agradecimiento (شُكْرٌ). Pero hamd es diferente. Es una combinación única que no existe en otros idiomas. Imagina que estás agradecido con alguien y al mismo tiempo sientes una gran admiración por él. Eso es hamd (حَمْدُ).
Para hacerlo aún más claro para los matemáticos, podemos usar una especie de ‘fórmula’:
alabanza (α) + agradecimiento (γ) = hamd (ḥ)
Esto significa que hamd (حَمْدُ) es la suma perfecta de alabar a Allah (الثَّنَاءُ o الْمَدْحُ) y agradecerle (شُكْرٌ).
Ejemplos de la diferencia entre alabanza y agradecimiento:
Imagina que ves una montaña impresionante, con picos nevados y un paisaje espectacular. Puedes decir: ‘¡Qué bella es esta montaña!’ Eso es alabanza (الثَّنَاءُ o الْمَدْحُ). Estás reconociendo su belleza y grandeza. Pero, ¿le agradeces a la montaña? No necesariamente. No sientes gratitud hacia ella.
El profeta Musa, que la paz sea con él, creció en el palacio del Faraón. Él sabía que el Faraón le había dado un hogar. Por eso, Musa fue agradecido (شُكْرٌ). Pero eso no significaba que Moisés admirara al Faraón. Solo reconocía el favor que le había hecho.
وَتِلْكَ نِعْمَةٌۭ تَمُنُّهَا عَلَىَّ أَنْ
En cuanto al favor que me recuerdas.
[Sura Ash-Shu’ara 26:22]
El profeta Ibrahim, que la paz sea con él, amaba a su padre y le agradecía (شُكْرٌ) por todo lo que había hecho por él: criarlo, alimentarlo, etc. Pero Ibrahim no estaba de acuerdo con su padre en la fabricación de ídolos. Nunca alabó esas acciones.
وَٱغْفِرْ لِأَبِىٓ إِنَّهُۥ كَانَ مِنَ ٱلضَّآلِّينَ
Perdona a mi padre, pues está extraviado.
[Sura Ash-Shu’ara 26:86]
Estos ejemplos nos muestran que la alabanza y el agradecimiento son diferentes. Pero hamd (حَمْدُ) es especial porque los une.
La sinceridad en el Hamd
Lo que hace que hamd sea tan especial es la sinceridad. Cuando decimos alhamdulillah (ٱلْحَمْدُ لِلَّهِ) después de comer, por ejemplo, lo decimos de corazón. Sabemos que Allah nos ha dado la comida, y le agradecemos de verdad. No es algo que digamos solo por decir, o por obtener algo a cambio.
La alabanza, en cambio, puede ser diferente. A veces, la gente alaba a otros por interés. Imagina que no has estudiado para un examen y luego le dices a tu profesor lo bueno que es, esperando que te apruebe. Eso no es sincero, ¿verdad? Es como ‘hacer la pelota’, como decimos ahora.
Entonces, cuando pensemos en hamd, podemos pensar en ‘alabanza sincera’ o ‘agradecimiento genuino’.
El agradecimiento como reacción “química”
Piensa en el agradecimiento (شُكْرٌ) como una reacción, como cuando mezclas dos cosas en un experimento de química. Para que haya agradecimiento, necesitas dos ‘ingredientes’:
- El favor: Alguien te hace algo bueno, como ayudarte con un problema o darte un regalo.
- La conciencia: Te das cuenta de que esa persona te ha ayudado, que ha hecho algo por ti. Si no te das cuenta, no puedes sentir agradecimiento, ¿verdad?
En química el favor sería un reactivo y la conciencia otro reactivo. Cuando estos dos reactivos se juntan, la reacción que se produce es el agradecimiento. Si uno de los dos falta, la reacción no ocurre.
Hamd: Agradecimiento por las bendiciones visibles e invisibles
Piensa en esto: decimos ‘shukran’ cuando alguien nos abre la puerta o nos presta un lápiz. Pero, ¿cómo agradecemos a Allah por el aire que respiramos o por nuestro corazón que late? Muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta de todas estas bendiciones. Aquí es donde entra el ‘hamd’.
Allah usa la palabra hamd en el Corán porque abarca todo. No se limita a los favores que reconocemos, sino que incluye todo lo que Allah nos da, visible e invisible.
La importancia de la forma nominal de hamd o por qué es un sustantivo
En el lenguaje, hay dos tipos principales de palabras: sustantivos y verbos. Los verbos son acciones: correr, saltar, comer. Los sustantivos son cosas o ideas: casa, árbol, amor.
¿Cuál es la diferencia?
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Cuando Allah dice alhamdulillah (ٱلْحَمْدُ لِلَّهِ), usa la palabra ‘hamd’, que es un sustantivo. No dice nahmadullah (نَحْمَدُ الله), que sería un verbo y significaría ‘Alabamos y agradecemos a Allah’.
¿Por qué?
- Porque Allah quiere que sepamos que su alabanza es eterna. No está limitada a un momento específico.
- Porque Allah no necesita que nadie lo alabe. Su alabanza es independiente de nosotros. Él es siempre digno de alabanza.
¿Por qué Allah quiere que le alabemos?
A veces nos preguntamos, ¿por qué Allah quiere que le alabemos? Pero la respuesta está en el primer versículo de la Sura Fatiha: Allah no necesita nuestra alabanza. Él es Al-Hamid, el Alabado, independientemente de nosotros.
En el Corán, encontramos versículos que nos ordena tener taqwa (‘temor de Dios’), Pero no encontramos ningún versículo que nos ordene explícitamente alabar a Allah, como fa ahmadullah.
Si Allah nos ordenara alabarle, la alabanza estaría condicionada a nuestra obediencia. Si no obedeciéramos, la alabanza no existiría. Pero Allah es siempre Alabado, Su alabanza es constante y eterna. Él no depende de nuestras acciones. Por otra parte, si nos manda a tener taqwa, es algo que nos afecta a nosotros y no a Allah, que seamos piadosos nos beneficia a nosotros.
El único versículo donde ‘hamd’ aparece como verbo es en Sura Ali-Imran 3:188, hablando de aquellos que aman ser alabados por lo que no han hecho.
وَيُحِبُّونَ أَنْ يُحْمَدُوا بِمَا لَمْ يَفْعَلُوا فَلَا تَحْسَبَنَّهُمْ بِمَفَازَةٍ مِنَ الْعَذَابِ
No creas que quienes se enorgullecen de lo que hacen y aman el elogio por lo que ni siquiera han hecho se salvarán del castigo.
[Sura Ali-Imran 3:188]
Allah no necesita nuestra alabanza, pero nos da la oportunidad de reconocer su grandeza y misericordia a través del ‘hamd’. No es una obligación, sino un regalo. Es una forma de conectar con Él y de expresar nuestra gratitud por todas sus bendiciones, conscientes e inconscientes.
La diferencia entre “gracias” y “hamd”
¿Sabías que la palabra ‘gracias’ en español tiene una historia muy curiosa? Viene del latín ‘gratia’, y antes de eso, del griego ‘karitas’, que significa ‘alabar en voz alta’. Pero aquí está la diferencia con el árabe y con la palabra ‘hamd’. ‘Hamd’ no necesita ser dicho en voz alta para que Allah sea alabado.
Un poeta árabe dijo una vez: «El verdadero discurso reside en el corazón. La lengua simplemente traduce el estado del corazón». El hamd es un reconocimiento en el corazón.
Alhamdulillah: Información y emoción
Es común escuchar a los imames de las mezquitas comenzar sus jutbas (charlas) de los viernes con ‘Inna al-hamda lillah’ (إِنَّ ٱلْحَمْدَ لِلَّٰهِ). Pero hay una razón muy interesante por la que Allah no usa ‘inna’ en el Corán cuando se refiere a ‘alhamdulillah’.
En el lenguaje, tenemos diferentes formas de comunicarnos. A veces queremos dar información, como cuando decimos: ‘El sol se pone a tal hora’. Otras veces queremos expresar emociones, como cuando gritamos: ‘¡Qué alegría!‘. La información puede ser verdadera o falsa, pero las emociones son personales y no podemos decir si son ‘verdaderas’ o ‘falsas’.
‘Alhamdulillah’ es una expresión muy especial. Puede ser tanto información como emoción, dependiendo del contexto.
- Información: Si lo decimos al comienzo de una conversación, es como dar información: ‘Les digo que la alabanza es para Allah’.
- Emoción: Pero si lo decimos después de beber agua cuando tenemos sed, es una expresión de pura emoción, de gratitud sincera.
La partícula ‘inna’ se usa para enfatizar una información. Si Allah la hubiera usado, ‘alhamdulillah’ sería solo una declaración informativa. Pero al omitirla, Allah nos permite que sea mucho más. Nos da la libertad de usarla tanto para informar como para expresar nuestras emociones más profundas.
Esto significa que ‘alhamdulillah’ es una expresión viva, que se adapta a cada momento y a cada corazón. Puede ser una afirmación de nuestra fe, una exclamación de alegría, o todo a la vez.
El nombre de Allah en Sura Fatiha
Cuando Allah se presenta en la Sura Fatiha, elige su nombre más completo: ‘Allah’. No dice ‘alhamdulirabbi al-‘alamin’, aunque ‘Rabb’ también es uno de sus hermosos nombres.
¿Por qué?
Porque ‘Allah’ es un nombre que abarca todos los atributos de Allah, todos los que conocemos y los que no conocemos. Cuando nos presentamos a alguien, usamos nuestro nombre, ¿verdad? No decimos: ‘Hola, soy estudiante’ u ‘Hola, soy deportista’. Nuestro nombre nos representa por completo. Pues ‘Allah’ es el nombre que mejor representa a Dios.
La importancia del contexto en el uso de los nombres de Allah
Ahora, veamos la historia de Musa y los hechiceros del Faraón. Cuando los hechiceros vieron el milagro de Moisés, se postraron y dijeron: ‘Creemos en el Señor de los Mundos’ (Rabb al-‘alamin).
ءَامَنَّا بِرَبِّ ٱلْعَـٰلَمِينَ
Creemos en el Señor de los Mundos.
[Sura Ash-Shu’ara 26:47]
¿Por qué no dijeron ‘Creemos en Allah, Señor del universo’ (ءَامَنَّا بلِلَّهِ بِرَبِّ ٱلْعَـٰلَمِينَ)?
Si eres historiador, sabrás que los faraones eran tomados por dioses en la tierra. Pero el Faraón en concreto, se había presentado como:
فَقَالَ أَنَا۠ رَبُّكُمُ ٱلْأَعْلَىٰ
Yo soy vuestro Señor supremo.
[Sura An-Naziat 79:24]
Los hechiceros, para dejar claro que no creían en el dios Faraón, sino en el verdadero Señor, usaron la palabra ‘Rabb’. En ese contexto, la palabra ‘Rabb’ era la más adecuada para diferenciar al verdadero Dios de la falsa divinidad del Faraón.
El significado del artículo “al-” en alhamdulillah
En árabe, como en español, el artículo ‘al-’ (ٱلْ) antes de una palabra la hace específica. En ‘alhamdulillah’, el ‘al-’ antes de ‘hamd’ no solo significa ‘la alabanza’, sino que también implica ‘la alabanza definitiva’, ‘la alabanza completa’, ‘la alabanza por excelencia’. Es decir, no solo cualquier alabanza, si no la alabanza más grande, y completa.
La conexión entre Muhammad y hamd
Es interesante notar que el nombre Muhammad (مُحَمَّد) proviene de la misma raíz que ‘hamd’, y significa ‘el digno de ser alabado’. Alabamos al Profeta Muhammad ﷺ, pero incluso esa alabanza encuentra su fuente última en Allah. Es decir que aunque alabemos a muchas personas o cosas, esa alabanza reside en que Allah permitió que esas personas o cosas fueran dignas de alabanza.
El impacto de alhamdulillah en nuestra vida
En resumen, cuando decimos ‘alhamdulillah’ (ٱلْحَمْدُ لِلَّٰهِ), ya sea en la Sura Fatiha o en cualquier otra ocasión, esta expresión debe inspirar en nosotros una actitud positiva, recordándonos la profundidad de su significado. No se trata simplemente de palabras vacías, sino de una conexión genuina entre nuestro corazón y nuestra lengua.
En psicología, esto se conoce como autosugestión: influir en nuestros pensamientos y sentimientos mediante la repetición de afirmaciones. Al repetir ‘alhamdulillah’ a lo largo del día, cultivamos inconscientemente una actitud de gratitud, buscando constantemente razones para agradecer.
La recompensa de Allah por nuestro agradecimiento
Aunque otras filosofías hablan de la ‘Ley de Atracción’, nosotros, como musulmanes, tenemos un concepto aún más hermoso: si agradecemos a Allah, Él nos recompensará con creces.
لَئِن شَكَرْتُمْ لَأَزِيدَنَّكُمْ
Si Le agradecéis, Él incrementará vuestro sustento.
[Sura Ibrahim 14:7]
Alhamdulillah: La primera y última súplica
Es significativo también que nuestro primer du’a al comenzar la lectura del Corán o la oración sea ‘alhamdulillah rabbil-‘alamin’ (ٱلْحَمْدُ لِلَّٰهِ رَبِّ ٱلْعَـٰلَمِينَ). Y Allah nos dice en la Sura Yunus que esta será también la última súplica de la gente del Paraíso:
دَعْوَىٰهُمْ فِيهَا سُبْحَـٰنَكَ ٱللَّهُمَّ وَتَحِيَّتُهُمْ فِيهَا سَلَـٰمٌۭ ۚ وَءَاخِرُ دَعْوَىٰهُمْ أَنِ ٱلْحَمْدُ لِلَّهِ رَبِّ ٱلْعَـٰلَمِينَ
Su invocación allí será: ¡Glorificado seas, oh Allah! Y su saludo allí será: ¡Paz! Y el final de su invocación será: ¡Alabado sea Allah, Señor de los mundos!
[Sura Yunus 10:10]